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Actualización: La Ofensiva de JNIM y las Amenazas del Estado Islámico en África

junio 5, 2025

El continente africano enfrenta una escalada de violencia insurgente que amenaza la estabilidad regional y los intereses internacionales. Según el reciente informe Africa File del 5 de junio de 2025, publicado por el Critical Threats Project, grupos como Jama’at Nusrat al Islam wa al Muslimeen (JNIM), afiliado a Al Qaeda, y varias provincias del Estado Islámico (IS) están intensificando sus operaciones en el Sahel, Somalia, Uganda y Mozambique.

Sahel: JNIM Intensifica su Ofensiva

En el Sahel, JNIM ha desatado una de las ofensivas más letales contra las fuerzas de seguridad y milicias aliadas en Mali y Burkina Faso, marcando mayo como el mes más mortífero desde agosto de 2024. Desde el 11 de mayo, el grupo ha llevado a cabo 10 ataques a gran escala, con un saldo de al menos 20 víctimas por ataque, incluyendo civiles, soldados y milicianos. Dos de estos ataques, uno en Burkina Faso y otro en Mali, dejaron más de 100 muertos cada uno, destacando la creciente capacidad destructiva de JNIM.

Foco en Centros Administrativos

JNIM ha centrado sus esfuerzos en atacar centros administrativos y poblacionales, particularmente en Burkina Faso, donde los ataques a capitales comunales han aumentado un 33% en 2025 en comparación con 2024. Esta estrategia, según el portavoz de JNIM, Mahmoud Barry, busca demostrar que el grupo puede golpear incluso en las «grandes ciudades». Los ataques no solo son más frecuentes, sino también más letales, con proyecciones que sugieren que las víctimas en 2025 podrían igualar las de 2023 y 2024 combinadas.

Brechas de Seguridad y Adaptaciones Tácticas

La porosidad de la frontera entre Mali y Burkina Faso ha permitido a JNIM coordinar ataques transfronterizos, con la participación de subgrupos como Ansaroul Islam y Katiba Macina. Los acuerdos de cese al fuego en el centro de Mali han liberado recursos para que JNIM redirija sus esfuerzos hacia Burkina Faso, exacerbando la inseguridad en la región. Además, la falta de capacidad aérea de las juntas militares, combinada con la adaptación táctica de JNIM —como el uso de cañones antiaéreos robados— ha permitido a los insurgentes mantener el control de áreas capturadas durante horas sin enfrentar represalias aéreas.

Consecuencias Políticas y Sociales

La ofensiva de JNIM está erosionando la legitimidad de las juntas militares en Mali y Burkina Faso, aumentando el riesgo de golpes de Estado y negociaciones locales con el grupo. Las comunidades asediadas, desesperadas por seguridad, están recurriendo a acuerdos con JNIM, que van desde la no cooperación con el gobierno hasta la aceptación de formas de gobernanza paralela basadas en la sharía. Este ciclo de violencia se ve agravado por masacres retaliatorias, tanto por parte de JNIM como de las fuerzas estatales y milicias progubernamentales, que a menudo atacan a grupos étnicos marginados como los fulani y tuareg, alimentando el reclutamiento insurgente.

Somalia: Estado Islámico Resiste a Pesar de la Presión

En el norte de Somalia, el gobierno autónomo de Puntland, con el respaldo de Estados Unidos y Emiratos Árabes Unidos, ha logrado avances significativos contra la Provincia de Somalia del Estado Islámico (ISS). La ofensiva, iniciada en diciembre de 2024, ha destruido campamentos, instalaciones de entrenamiento y redes financieras de ISS en las montañas Cal Miskaad. Sin embargo, el grupo no está derrotado. ISS ha demostrado resiliencia al replegarse en terrenos difíciles, mezclarse con comunidades nómadas y mantener ataques, como el atentado suicida del 2 de mayo en Dasaan.

La falta de capacidad de Puntland para asegurar su costa porosa y las rutas de contrabando transnacional, que conectan Somalia con Yemen, plantea un riesgo significativo de que ISS se reconstituya si la presión no se mantiene. La importancia global de ISS radica en su rol como centro administrativo y financiero del Estado Islámico, canalizando fondos y entrenadores a afiliados en Afganistán, la RDC, Mozambique y Yemen.

Uganda: Estado Islámico Reemerge

En Uganda, la Provincia de África Central del Estado Islámico (ISCAP) intentó su primer atentado suicida desde diciembre de 2023, dirigido a un sitio religioso en Kampala el 3 de junio. Aunque frustrado por las autoridades ugandesas, el ataque señala que ISCAP ha reconstruido capacidades operativas en el país. Este resurgimiento parece ser una respuesta a la presión de las operaciones conjuntas de Uganda y la República Democrática del Congo (RDC) contra ISCAP en el este de la RDC, donde los bombardeos han debilitado al grupo pero no han eliminado su capacidad de retaliación. Los ataques en Uganda buscan demostrar resiliencia y desafiar la narrativa del gobierno ugandés sobre su éxito en la lucha contra el terrorismo.

Mozambique: Amenazas a Proyectos de Gas Natural

En la provincia de Cabo Delgado, la Provincia de Mozambique del Estado Islámico (ISMP) ha intensificado sus ataques contra las fuerzas mozambiqueñas y ruandesas, marcando mayo como el mes más letal para las fuerzas de seguridad desde 2022. Los ataques se han concentrado en la carretera N380, una arteria clave para la logística de los proyectos de gas natural licuado (LNG) respaldados por Estados Unidos y Europa en la península de Afungi. La inactividad de las fuerzas ruandesas desde diciembre de 2024 ha permitido a ISMP moverse con mayor libertad, atacando puestos militares y civiles en la región.

Esta escalada amenaza los esfuerzos para reanudar los proyectos de LNG de ExxonMobil y TotalEnergies, que podrían impulsar significativamente la economía de Mozambique. Los retrasos, exacerbados por la inseguridad, podrían agravar la falta de oportunidades socioeconómicas en Cabo Delgado, un factor clave en el auge inicial de la insurgencia de ISMP.

Implicaciones y Desafíos

La intensificación de las actividades de JNIM y las provincias del Estado Islámico en África plantea múltiples desafíos:

  1. Inestabilidad Política: En el Sahel, la incapacidad de las juntas militares para garantizar la seguridad podría desencadenar más golpes de Estado, mientras que los acuerdos locales con JNIM fortalecen su influencia.
  2. Ciclo de Violencia Étnica: Las masacres retaliatorias están profundizando las divisiones étnicas, alimentando el reclutamiento insurgente y complicando los esfuerzos de reconciliación.
  3. Amenazas Transnacionales: La resiliencia de ISS y su rol como nodo financiero global del Estado Islámico subrayan la necesidad de una presión sostenida para evitar su reconstitución.
  4. Intereses Económicos: En Mozambique, la inseguridad amenaza proyectos clave de LNG, que son vitales para el crecimiento económico y la reducción de la pobreza, perpetuando las condiciones que alimentan la insurgencia.

En Resumen

La escalada de violencia en el Sahel, Somalia, Uganda y Mozambique refleja la adaptabilidad y persistencia de los grupos insurgentes como JNIM y las provincias del Estado Islámico. Los gobiernos locales, a menudo limitados por recursos y capacidades, enfrentan un desafío monumental que requiere no solo respuestas militares, sino también estrategias integrales que aborden las causas socioeconómicas y políticas de estos conflictos. La comunidad internacional, incluidos actores como Estados Unidos y la Unión Europea, debe equilibrar el apoyo militar con iniciativas de desarrollo para evitar que estas regiones se conviertan en focos aún más peligrosos de inestabilidad global. La pregunta sigue siendo: ¿podrán los esfuerzos conjuntos superar la resiliencia de estos grupos antes de que la situación se deteriore aún más?

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