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El Nivel Operacional de la Guerra

enero 9, 2025

Entre los niveles táctico y estratégico

El nivel operacional de la guerra se encuentra en una posición intermedia y crucial entre los niveles táctico y estratégico. Si bien lo táctico se ocupa de las acciones en el campo de batalla y lo estratégico traduce los objetivos políticos en planes militares, el nivel operacional constituye el puente que convierte los éxitos tácticos en resultados estratégicos. Este nivel, aunque esencial, es uno de los más difíciles de definir y comprender debido a su carácter abstracto y su continuo cambio influenciado por innovaciones tecnológicas y nuevos dominios de combate.

En este artículo, exploraremos las características del nivel operacional, su evolución histórica y las tendencias que podrían marcar su futuro en un contexto en el que las operaciones militares son cada vez más rápidas, complejas e interconectadas.

El nivel operacional: un arte y una ciencia

A menudo descrito como una mezcla entre ciencia y arte, el nivel operacional requiere tanto un análisis técnico como creatividad e imaginación. En palabras de Pedro Valdés Guía (2021), la guerra es un sistema complejo en el que todos sus elementos están interrelacionados. Entender el nivel operacional sin tener en cuenta los niveles táctico, estratégico o incluso los factores técnicos es como intentar comprender una sinfonía escuchando solo un instrumento.

El nivel operacional destaca porque es el espacio en el que se integran múltiples acciones tácticas para alcanzar objetivos estratégicos. Esto lo convierte en un terreno fértil para la innovación, donde los comandantes pueden usar los medios disponibles de manera sorprendente para alterar el curso de un conflicto. Sin embargo, esta flexibilidad también lo convierte en un concepto difícil de delimitar, tanto en su definición como en su aplicación práctica.

Orígenes y evolución

Aunque el concepto formal del nivel operacional surgió durante el período de entreguerras en la Unión Soviética y Alemania, su existencia como práctica es mucho más antigua. Desde las campañas de Alejandro Magno hasta las operaciones militares de Napoleón, las acciones que hoy identificaríamos como «operacionales» han sido esenciales para conectar lo táctico con lo estratégico.

El periodo de entreguerras fue un momento crucial en la formalización de este concepto. La experiencia de la Primera Guerra Mundial, caracterizada por la guerra de trincheras y la falta de movilidad estratégica, llevó a teóricos militares a buscar formas de devolver la profundidad y el movimiento al combate. La motorización, el uso del dominio aéreo y los avances en comunicaciones fueron elementos clave para superar el estancamiento táctico que había caracterizado al conflicto. Así nació lo que hoy conocemos como el nivel operacional.

Sin embargo, el nivel operacional no es estático. A lo largo de la historia, su naturaleza y alcance han cambiado en función de los avances tecnológicos y la aparición de nuevos dominios, como el aéreo en la Primera Guerra Mundial y, más recientemente, el cibernético y el espacial.

Tendencias actuales y desafíos futuros

El nivel operacional de la guerra se enfrenta a una serie de tendencias y desafíos que están redefiniendo su naturaleza y sus límites:

1. Aceleración de las operaciones

La capacidad de recolectar, procesar y transmitir datos en tiempo real ha transformado la velocidad a la que se desarrollan las operaciones militares. La llamada «Tercera Revolución Militar», impulsada por tecnologías como la inteligencia artificial, el big data y las redes de comunicación avanzada, ha reducido drásticamente el tiempo necesario para tomar decisiones y coordinar acciones.

Esta aceleración plantea desafíos significativos para el nivel operacional. Los comandantes deben tomar decisiones más rápidamente y con menos margen para el error, lo que aumenta la importancia de sistemas automatizados y de apoyo a la decisión. Al mismo tiempo, la necesidad de integrar grandes volúmenes de información para coordinar operaciones en múltiples dominios añade una capa de complejidad sin precedentes.

2. Nuevos dominios de combate

El ciberespacio, el espacio exterior y el dominio cognitivo se han añadido al terreno tradicional de la guerra (tierra, mar y aire). Estos nuevos dominios amplían el alcance del nivel operacional, permitiendo que las acciones en un ámbito, como un ciberataque, tengan efectos directos en los demás.

Por ejemplo, un ataque cibernético exitoso podría paralizar las comunicaciones y los sistemas de defensa de un enemigo, creando oportunidades para avances tácticos y estratégicos. Sin embargo, esta interconexión también significa que los comandantes deben considerar una gama más amplia de factores y riesgos, complicando la planificación y ejecución de operaciones.

3. El fenómeno de la «zona gris»

Cada vez es más difícil distinguir entre la guerra y la paz, ya que los conflictos tienden a librarse en una «zona gris» que combina elementos de competencia, conflicto indirecto y acciones encubiertas. Las operaciones en este ámbito, que incluyen ciberataques, propaganda y coerción económica, desafían las concepciones tradicionales del nivel operacional.

La necesidad de actuar de manera decisiva en la zona gris sin escalar el conflicto a un estado de guerra abierta requiere un enfoque operacional flexible y multidimensional. Además, plantea cuestiones éticas y legales que aún están lejos de resolverse.

4. Innovación tecnológica

La incorporación de tecnologías emergentes, como drones autónomos, armas hipersónicas y sistemas de guerra electrónica avanzados, está ampliando las posibilidades del nivel operacional. Estas herramientas no solo aumentan la letalidad y la precisión de las fuerzas armadas, sino que también ofrecen nuevas formas de integrar y sincronizar operaciones en diferentes dominios.

Sin embargo, la dependencia de tecnologías avanzadas también introduce vulnerabilidades, como el riesgo de ataques cibernéticos o fallos en los sistemas automatizados. La gestión de estas vulnerabilidades será un desafío clave para los comandantes en el futuro.

El nivel operacional en un marco histórico y futuro

Aunque las tendencias actuales sugieren que el nivel operacional seguirá evolucionando, es importante recordar que sus principios fundamentales han permanecido relativamente constantes a lo largo de la historia. Desde las campañas de Genghis Kan hasta las operaciones soviéticas en la Segunda Guerra Mundial, el nivel operacional siempre ha girado en torno a la coordinación efectiva de fuerzas para lograr objetivos estratégicos.

En el futuro, es probable que el nivel operacional adquiera una dimensión aún más abstracta y multidimensional, reflejando la creciente importancia de los dominios no tradicionales y la integración de tecnología avanzada. Los comandantes tendrán que equilibrar la creatividad con la precisión técnica, aprovechando las oportunidades que ofrecen las nuevas herramientas mientras gestionan los riesgos asociados.

En Resumen

El nivel operacional de la guerra es un concepto dinámico y esencial que conecta los niveles táctico y estratégico. Aunque ha evolucionado con el tiempo, su importancia como nexo entre la acción y el propósito estratégico sigue siendo indiscutible. En un mundo donde las operaciones militares son cada vez más rápidas, complejas e interconectadas, entender y dominar este nivel será crucial para el éxito en el campo de batalla.

La combinación de avances tecnológicos, la aparición de nuevos dominios de combate y el fenómeno de la zona gris están redefiniendo las reglas del juego. En este contexto, el nivel operacional continuará siendo un terreno fértil para la innovación y la creatividad, al tiempo que desafía a los comandantes a navegar en un entorno cada vez más incierto y multifacético. El futuro de la guerra, y quizás incluso de la paz, dependerá en gran medida de nuestra capacidad para adaptarnos y prosperar en este nivel misterioso y fascinante.

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