
La situación en el este de la República Democrática del Congo (RDC) sigue deteriorándose a medida que el grupo rebelde M23 intensifica sus operaciones en múltiples frentes. Según el último informe de seguridad publicado el 21 de febrero de 2025 por Yale Ford, con la colaboración de Liam Karr, los rebeldes han capturado nuevas localidades en Kivu del Norte y han abierto rutas estratégicas que amenazan posiciones clave del ejército congoleño (FARDC). Mientras tanto, sanciones internacionales y movimientos diplomáticos intentan contener el conflicto, pero los avances militares del M23 no dan tregua.
Eje Norte: Lubero-Butembo-Beni-Bunia
El 20 de febrero, las fuerzas del M23 tomaron el control de las aldeas de Katondi, Kasima y Kipese, ubicadas al este de la carretera RN2 en el distrito de Lubero, Kivu del Norte. Este movimiento les permitió avanzar unos 11 kilómetros y abrir dos rutas hacia Butembo, evitando las posiciones del FARDC en la RN2 y en la ciudad de Lubero. Este flanqueo también les ayuda a esquivar a las tropas ugandesas estacionadas en Lubero, que, según medios locales y el presidente Yoweri Museveni, están allí solo para mantener el orden y no para combatir al M23. La maniobra demuestra la capacidad del grupo para explotar las debilidades de las fuerzas congoleñas y ugandesas en la región.
Eje Sur: Bukavu-Uvira-Baraka-Kalemie
En el sur, la situación también es preocupante. El ejército burundés (FDNB), que había estado apoyando al FARDC en Kivu del Sur, está acelerando su retirada y adoptando una postura defensiva en la frontera con la RDC. Según un informe de Le Monde, un alto oficial burundés describió al FARDC como “totalmente desorganizado” y señaló que el avance del M23 en la llanura de Rusizi está cortando las líneas de suministro de Burundi, poniendo en riesgo a sus soldados. Mientras el M23 se acerca a la ciudad de Uvira, la presión sobre las fuerzas burundesas sigue creciendo.
Eje Noroeste: Masisi-Walikale-Lubutu-Kisangani
En el distrito de Walikale, al oeste de Kivu del Norte, el M23 avanzó aproximadamente 25 kilómetros desde la aldea de Rusamambu y capturó las localidades de Bukumbirwa y Ngerere tras enfrentarse a milicias Wazalendo el 21 de febrero. Este movimiento abre una segunda ruta hacia la base del FARDC en Pinga, un punto estratégico con una pista de aterrizaje, una base militar y un hospital. Si el M23 logra tomar Pinga, podría usarla como plataforma para expandirse hacia las ricas zonas mineras de Walikale, Maniema, Kivu del Sur o Tshopo. Cabe destacar que en octubre de 2024, el grupo ya había intentado capturar Pinga desde el este, bombardeándola sin éxito.
Eje Suroeste: Bukavu-Kamituga-Shabunda-Kindu
Por ahora, no hay desarrollos significativos que reportar en esta zona.

Desarrollos Políticos Clave
En el ámbito internacional, Estados Unidos impuso sanciones el 20 de febrero al retirado general ruandés James Kabarebe y al portavoz del M23, Lawrence Kanyuka Kingston. Según Washington, Kabarebe actúa como enlace con el M23, coordinando el apoyo militar de Ruanda y gestionando los ingresos minerales del grupo desde su cargo oficial. También se sancionaron dos empresas vinculadas a Kanyuka. El ministro de comunicaciones de la RDC, Patrick Muyaya, calificó estas medidas como “un primer paso” para presionar a Ruanda a retirar sus tropas del este del país. Por su parte, el Ministerio de Exteriores ruandés las tildó de “injustificadas” y una interferencia externa en los esfuerzos multilaterales por la paz.
En el frente diplomático, los ministros de defensa de la Comunidad de África Oriental (EAC) se reunieron el 21 de febrero en Nairobi para discutir iniciativas de paz, en preparación para una reunión conjunta con la Comunidad de Desarrollo de África Austral (SADC) programada para el 24 de febrero en Dar es Salaam, Tanzania. Estos encuentros buscan implementar acuerdos previos, pero el avance del M23 pone en duda su efectividad.
En Resumen
El conflicto en el este de la RDC sigue siendo una compleja mezcla de enfrentamientos militares, intereses económicos y maniobras políticas. Los avances del M23 reflejan no solo su capacidad estratégica, sino también las profundas dificultades del FARDC para mantener el control. Mientras las sanciones y las reuniones diplomáticas intentan cambiar el rumbo, la población local sigue atrapada en una guerra que no da señales de detenerse. ¿Podrán las iniciativas regionales e internacionales frenar esta escalada? Por ahora, el futuro sigue siendo incierto.